19921101

d03.[9211]

Es en esos momentos,
cuando tienes el humo hasta los ojos,

cuando más necesitas de alguien;

es entonces cuando no piensas nada

tu mente se borra paulatinamente,

abres y cierras los ojos

volteas la mirada hacia la ventana

y no ves nada, sólo gente que camina

desafiándote a golpearla

sonriendo irónicamente

siguiendo los pasos de otra gente

que ya pasó por ahí

y borrando sus pisadas.

Es entonces que un relámpago llega a tu cabeza

y la sume en la más absurda nitidez del vacío;

vuelves a abrir y cerrar los ojos

mientras los deambulantes no terminan de desfilar,

como zombies, sin destino ni paradero;

y es entonces que en tu mente

se dibujan tus palabras

como granos de sal

diluyéndose entre tus recuerdos.

Y ahí, justo ahí tu boca entreabierta

saca un poco de tu humo interior

de tu propia existencia,

y continúas pensando que es mejor seguir

con la cabeza al suelo, entre tus pies.