sabes, algo que no te había dicho aún es que en esos días cuando llegaste tú, esos días... esos días comenzaron a ser el principio y el fin del resto de mis días...
en esos días la serpiente que cambia de piel, cambio de nido también... crecieron alas a los ciervos voladores que revoloteaban en el cubo donde sembraba enredaderas y pensamientos, junto a las plantas de amapola y orquídeas... las palomas de la azotea terminaron por irse al ver cada vez más diezmada su latosa población... las nubes en el cielo comenzaron a tener formas caprichosas por las mañanas y a ser grandes telas entretejidas por las tardes...
cuando llegaste tú salí a la calle y el frío no era tanto como el frío, era un aire tibio con ondas gélidas mezcladas como espirales... las calles y las avenidas de la ciudad eran grandes desiertos iluminados por tenues luces ámbar... un hombre se me acercó mientras caminaba, yo lo había visto desde que dobló la esquina, creo que dudó abordarme pero lo hizo al final; me mostró su brazo con una gran mancha de sangre, tenía un papel doblado en la otra mano, titubeaba al hablarme y no quise poner en duda nada de lo que me dijo... siempre sucede que la gente se me acerque a pedirme algo en algún momento... siempre he creído que algo debe tener mi karma que los demás lo pueden oler... le di los últimos diez pesos que tuve en mi bolsa este año y le desee suerte, el hombre tenía las lágrimas cristalizadas en los ojos, se notaba que en mucho tiempo no podría volver a llorar, el fin de un año terrible le había jugado la última broma violenta de la noche...
en esos días cuando supe de ti, todo cambio... el aire, la luz del sol, las madrugadas con la luna caminando por la ventana, el azul del alba, el rojo del fin de los días... en esos días supe algo que ya te contaré algún día, no desesperes, el tiempo lo empezaremos a contar de esa forma como ahora hemos descubierto, ya lo veras, todo tendrá esos colores y esas formas con que las luces en el cielo han empezado a brillar... una vez más...
en esos días la serpiente que cambia de piel, cambio de nido también... crecieron alas a los ciervos voladores que revoloteaban en el cubo donde sembraba enredaderas y pensamientos, junto a las plantas de amapola y orquídeas... las palomas de la azotea terminaron por irse al ver cada vez más diezmada su latosa población... las nubes en el cielo comenzaron a tener formas caprichosas por las mañanas y a ser grandes telas entretejidas por las tardes...
cuando llegaste tú salí a la calle y el frío no era tanto como el frío, era un aire tibio con ondas gélidas mezcladas como espirales... las calles y las avenidas de la ciudad eran grandes desiertos iluminados por tenues luces ámbar... un hombre se me acercó mientras caminaba, yo lo había visto desde que dobló la esquina, creo que dudó abordarme pero lo hizo al final; me mostró su brazo con una gran mancha de sangre, tenía un papel doblado en la otra mano, titubeaba al hablarme y no quise poner en duda nada de lo que me dijo... siempre sucede que la gente se me acerque a pedirme algo en algún momento... siempre he creído que algo debe tener mi karma que los demás lo pueden oler... le di los últimos diez pesos que tuve en mi bolsa este año y le desee suerte, el hombre tenía las lágrimas cristalizadas en los ojos, se notaba que en mucho tiempo no podría volver a llorar, el fin de un año terrible le había jugado la última broma violenta de la noche...
en esos días cuando supe de ti, todo cambio... el aire, la luz del sol, las madrugadas con la luna caminando por la ventana, el azul del alba, el rojo del fin de los días... en esos días supe algo que ya te contaré algún día, no desesperes, el tiempo lo empezaremos a contar de esa forma como ahora hemos descubierto, ya lo veras, todo tendrá esos colores y esas formas con que las luces en el cielo han empezado a brillar... una vez más...
1 comentario:
Un saludo, y mis mejores deseos de que 2006 te sea pleno de felicidad, paz y creatividad.
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