20110603

[ year of silence ]


Media tarde y el  mundo luce horrible, el calor no cesa mientras caminamos intentando pensar en cualquier cosa menos en el deber que nos aguarda por concluir y que a veces se vuelve una carga.  Hoy no hemos tenido el espectáculo habitual, la soledad de estas baldosas hace que el aire fluya curioseando por entre nuestros cansancios, nada que ver, nada que esperar, nada que aligere lo patético de un día mal logrado.

Me siento enfermo, agotado, sucio, feo, siniestro, vacío...  Despierto a las cuatro de la mañana y comienzo a hacer las cosas como si ya fuera mi hora habitual, no entiendo que aún estoy dormido, que me levanta el puro hartazgo, hoy ni siquiera he puesto la alarma, despierto en un segundo cuando me doy cuenta de mi error.

Regreso a mi vigilia fetal, siento la humedad del ambiente, la de mi playera que reclama el exceso de circunstancias, ¿dónde demonios he dejado la toalla que me sirve de cobija? Sigo dormido aunque no entiendo porqué creo que no, el gato me pide más carne, ni siquiera yo como carne, no le contesto, lo corro de la puerta del cuarto, me molesta que ande como limosnero a media madrugada con cosas que sólo pueden suceder en un sueño demasiado estúpido, pero este no es un sueño. Me gruñe, me sisea, no le gusta que le de ordenes, un pinchazo de adrenalina psicótica me inunda, pierdo el control de mis miembros y mi pie derecho que es muy terco le da una patada y lo manda a volar hasta la calle donde en ese momento de confusión pasa un auto trasnochador a toda velocidad y le aplasta la mitad del cuerpo. No me importa, me hago ovillo una vez más y me acurruco en mi pedazo de infierno esperando a que amanezca y no quedarme dormido.

Despierto y el tipo que conduce el camión sigue parado en el mismo lugar, veo el reloj, es exageradamente tarde para mi humor, mi estrés explota, no decido si levantarme y largarme por otro lugar o levantarme y darle una patada igual que al gato y romperle la cara, hoy definitivamente es un día negro, no es bueno estar cerca de mi...

Cierro la revista, Tïesto no es de mi gusto, el libro que lee la tipa a mi lado es demasiado grueso y viejo. Siento el hormigueo de la adrenalina recorriendo por las arterias de mi cuerpo, de la cabeza a las piernas, de las piernas a los brazos, de los brazos al corazón, del corazón al cerebro, del cerebro a mis ganas de romperle la cara a ese tipo. Vuelve a parar el camión, ya es ingente esta hora, odio no salir a mi tiempo, odio tanta gente junta, odios este día y este momento. mis manos y mis pies hierven, eso no es bueno, tomo mi mochila que pesa horrores por la computadora y huyo antes de hacer algo demasiado enfermizo.

Pienso en Alice, ella definitivamente lo hubiera reventado. Espero que su voz y su falta de interés por todo me ayude a conciliar la calma una vez más...

zazen...

zazen...

No hay comentarios.: