La verdad es que construir una vida, un mundo, un universo es una cosa agotadora, pero felizmente divertida...
Creo que habíamos estancado un poco nuestro camino buscando y esperando que las cosas que uno espera como buenas sucedan y que todo sea viento en popa, sin embargo, las tempestades en medio del mar son más fuertes y terribles que las que uno cree podrá tomar con calma y buen horizonte...
Ahora nuestro horizonte se pinta todos los días con el mar de lado, viéndolo desde la ventana, caminando y respirando esa sal marina que limpia nuestra sangre de tanta polución y nos da una nueva esperanza de forjar caminos, de crear rutas, de trazar sonrisas donde a veces ve uno sólo nubes grises...
