20081005

liquid lamb


extraño la triste ilusión de no sentir nada, perdido en el vacío de la oscuridad, buscando reflejos entre las grietas del silencio...

de niño algunas veces permanecía sin moverme por horas enteras sobre el pasto o sobre el frío de la azotea...

algunas veces buscaba formas en donde todo mundo creía encontrarlas sobre los bordes de las nubes, sin embargo, mi cabeza siempre estaba en cualquier lugar excepto ese mismo...

de joven seguía vagando por la desesperación que nunca me causó el hecho de caminar solo, de ir al cine solo, de sentarme solo a tomar café o caminar días enteros solo buscando alguna revista o algún libro o algún disco que me reconfortara lo que me sobraba del día...

y siempre me sobraba mucho del día para seguir intentando conseguir nada...

cuando empecé a envejecer me di cuenta de que nada había cambiado... mi desesperación por no poder sentir nada seguía intacta, podía reír pero no podía llorar...

podía tener esa calma que te da la certidumbre, pese a eso mi seguridad era cada vez menos...

dejé de curtir mi piel con el frío que cubre el pelambre del lobo y sosegué mi pasión con la piel del cordero que no deja de sangrar dentro de mi...

me he abandonado mil veces y ahora sólo he recuperado un poco del insomnio que me da la tranquilidad para no dejarme morir una vez más...

he perdido mis ojos y no sé si podré volver a despertar, el sonido de sus dedos retumba en cada rincón que vuelve poco a poco a lo que me queda de memoria...

he perdido la pasión por mi inocuidad...

soy el cordero abatido que se va dejando matar...

20080711

El sueño de un cielo bajo la luz neon



Hace mucho que no escribo, bueno que no lo hago aquí, casi había olvidado cómo hacerlo, sin embargo lo que mal se aprende nunca se olvida, y aunque mi olvido es cuna de serpientes y jauría de lobos, el sueño que ya no tengo es la luna que no veo pero que sueña mientras yo deshago mis minutos desperdiciando mis segundos e intentando tener un poco de esa cordura que quizá nunca voy a tener...

me gusta ver mis nuevas nubes que no siempre son nubes, aunque en realidad ese pedazo de realidad que ahora me pertenece y del que me voy apropiando tiene una careta distinta y ya tendré que ir dejándola descubrirse para intentar ser lo que nunca quise ser y que ahora soy, un poquito nada más, y un bastante más...


Y si vuelvo, que nadie me extrañe, porque hoy soy más fantasma que jamás...

20080325

:: hole ::

¿qué es lo que te hace ser lo que eres?

¿es el destino o es dios o es simplemente la causa y el efecto de no tener un plan determinado y seguir los impulsos de tus corazonadas y de tus sueños, de los caminos y los pasos de eso que creemos es una ruta a la que llamamos vida?

¿existe un plan para cada uno o cada piedra que levantamos es una galleta de la suerte nueva que nos tiene extrañas sorpresas escondidas?

¿hace cuanto dejé de ser yo?

¿acaso alguna vez lo he sido o sigue siendo todo esto sólo un reflejo de mi imaginación que no logro distinguir ya?

¿qué es lo que somos?

¿porqué estamos aquí?

¿existe algo que no pueda entender?

¿porqué no puedo entender nada?

¿porqué no puedo sentir nada?



everything is wasted and i'm beginning to losing my mind again... light's out... mind's out... i need to sleep... i need to bleed... breathe water... hear the silence...


|| 他人のためのノート || 01100001 01110000 01110101 01101110 01110100 01100101 01110011 00100000 01110000 01100001 01110010 01100001 00100000 01110101 01101110 00100000 01100100 01100101 01110011 01100011 01101111 01101110 01101111 01100011 01101001 01100100 01101111 || 61 70 75 6e 74 65 73 20 70 61 72 61 20 75 6e 20 64 65 73 63 6f 6e 6f 63 69 64 6f || YXB1bnRlcyBwYXJhIHVuIGRlc2Nvbm9jaWRv || 97 112 117 110 116 101 115 32 112 97 114 97 32 117 110 32 100 101 115 99 111 110 111 99 105 100 111 || 笔记为陌生人 ||

20080214

|| apuntes del MUNDO RETORCIDO 3.1 ||

LA REINA ASESINA

La Reina Asesina vestía encaje púrpura y seda violeta. Le gustaba jugar con los pedazos de piel que cortaba en tiras de sus esclavos. Pintaba los gritos con chinchilla y pedernal, el placer de tener y dominar era lo que hacía sucumbir sus pies cada vez que encontraba algún títere nuevo.
La mansión de la Reina Asesina estaba rodeado de un bosque verde y negro con forma de laberinto. Muchos de quienes entraron ahí buscando la fortuna de besar sus pies y tocar los labios escondidos de su placer siguen errantes buscando algún lugar dónde descansar su extraviado juicio.

El placer que manaba de sus caricias era sólo comparable con algunos de los suplicios y exageraciones pintados en los cuentos de Sade o Masoch, en las fotos escabrosas de Witkin o en la imaginería desquiciada de algunos locos escapados de los calabozos de los Cenobitas.

La Antipoeta sabía de lo que sucedía en ese lugar, ya más de algún rumor le había sido dejado por los susurros del Viento Zahiriente o algo había escuchado entre los delirios que El Deforme solía olvidar cada vez que la encontraba en su camino y que ella lo descubría espiándola.

¿Qué era lo que ella podría buscar ahí? ¿Placer? ¿Dolor? ¿Inspiración? ¿Iluminación?

La verdad es que no lo sabía, había llegado hasta ese lugar, había caminado por entre los muros húmedos y verdosos del laberinto, había llegado hasta la puerta y ahora caminaba entre esas luces estroboscópicas y ese ambiente saturado de humo y humores solamente siguiendo un silbido que no podía salir de su cabeza y que la ponía de mal humor.

Alguien le había hablado alguna vez de los cantos de las sirenas, y ciertamente había leído los cuentos griegos al respecto. Pero esto no era lo mismo, las sirenas buscaban atraparte, este silbido lo único que hacía era mostrarle el camino y ella lo seguía sin tener voluntad para detenerse.

Dajette vino a recibirla con una copa de Absenta en la mano. -La Reina te espera en su sala de tortura.-, le dijo sin inmutarse y sin quitarle la mirada como si pudiera traspasar los delgados hilos de los tejidos de su ropa. Dajette sonrió brevemente humedeciendo sus labios con la orilla de la lengua manchada de Absenta y le indicó el camino.

Dentro del resplandor de una luz ultravioleta la Reina Asesina ataba pinzas en cada intersección dibujada sobre la piel de su Esclavo Bondage, uno más acariciaba sus largas piernas, otra de ellas le ofrecía humo de Nubes Azules y Absenta en una copa color carmín.

Sin voltear a mirarla la Reina Asesina le indicó a la Antipoeta un asiento de piel marrón y la Antipoeta se dirigió a el sin perder la vista de los minuciosos métodos de dolor que la Reina Asesina aplicaba a su Esclavo Bondage, mientras los demás la idolatraban y le pedían gimiendo que fueran ellos la cúspide de sus castigos.

Pasaron unos cuantos minutos antes de que la Antipoeta empezara a notar esa presencia detrás de ella. Sentía el frío, pero parecía un frío cualquiera, hasta que comenzó a sentir esas garras deslizándose por entre la piel de su cara como un líquido espeso y helado que se escurría sobre ella. No sintió miedo o disgusto, algo hacía que ese tipo de sensaciones se bloquearan en ella.

Las garras de la Sombra Gárgola del Encantador de Serpientes taparon su boca mientras lo demás de la sombra inmovilizaba el resto de su cuerpo. Entonces escuchó esa voz enronquecida por el exceso de los aromas de la Nubes Azules y aspiró un ligero aroma a Absenta enmohecido saliendo del aliento de quien la retenía.

-Tú y yo tenemos una cuenta pendiente-, le dijo el Encantador de Serpientes dando una bocanada a la Nube Azul que guardaba en una cubo de cristal sin esquinas. -Creo que no es necesario que te diga quién me pagó para matarte, ya sabes cómo es esto, si no lo hago yo, bien lo podría hacer alguien más. El Gringo Loco estaría más que feliz de obtenerlo. Sin embargo, yo no tengo ningún interés en hacerlo, al menos no en este momento, así que luego de haberte perdonado la vida una vez creo que a cambio tendré que pedirte un favor para quedar a manos.-
Un tanto irónica la Antipoeta le contestó: -¿Y cuál sería ese favor?-

El Encantador de Serpientes le indicó: -Al lado derecho de tus pies puedes ver una Caja Negra de terciopelo. En esa caja Negra se encuentra algo que debes esconder. Tengo entendido que sabes qué es y creo que no necesito explicarte lo peligrosa que puede ser la curiosidad de abrirla e intentar saber su contenido.-

La Antipoeta asintió con la cabeza, sin embargo, su Morbo Interno se deleitaba imaginando cada uno de esos malsanos placeres que, había leído, vivían dentro de la oscuridad caótica de la Caja de Pandora denostados y olvidados por los Cenobitas.

Se levantó con la Caja de Pandora entre las manos, absorta, y sin decir adiós o pedir explicación alguna al Encantador de Serpientes, se marchó de la mansión de la Reina Asesina fascinada con su nuevo trofeo.

20080212

|| apuntes del MUNDO RETORCIDO 2.5 ||

EL ENCANTADOR DE SERPIENTES

En el País del Sur, cerca del Fin del Mundo, el Encantador de Serpientes traicionó a la Guerrera de Luz y se escapó con la caja de Pandora para llevarla a su Colección de Fetiches.

La Guerrera de Luz lloró azogue, se lamentó, quiso arrobarse y se convirtió en la Diosa de la Luz Imaginaria. La Luna Menguante y la Manada de Lobos lloraron con ella, sin embargo la hicieron seguir y buscar venganza del Encantador de Serpientes.

Él que toda su vida había sido un Mercenario de Fetiches no se extraño de semejante decisión, sabía que tarde o temprano cualquiera de sus antiguos clientes o de sus antiguas presas querrían hacer algo por cortarle la existencia; pese a todo él siempre encontraba la forma de escapar al Sueño de la Razón donde era imposible que alguien lo atrapara o lo encontrara siquiera.

Pero en el camino de su última travesía al Sueño de la Razón la mezcla de Nubes Azules y Absenta casi lo matan de Éxtasis, aunque al momento de acercarse al filo de la capa de la Muerte pudo ver algo que no había notado, entre toda la Maraña existían aún seres que tenían claridad en los ojos y secretos en la sombra.

Ese día fue que la vio con su negra Sombra Protectora abrazándola y cuidando de ella. La miró durante muchos días y muchos sueños aprovechando el contrato que el Científico Loco le había dado para robar las letras de la Antipoeta y vengarse de ella.

El Encantador de Serpientes recordó los sueños negros que había tenido desde mucho tiempo atrás y decidió que ese Ser tenía que pertenecerle y debía obtener algo de ella para su Colección de Fetiches. Esa bruja era demasiado Luna y la Luna lo hacía soñar con ella desde tiempos en que él ya no podía recordar.

El Encantador de Serpientes sabía que al traicionar ahora al Científico Loco y antes a la Guerrera de Luz seguramente mandarían tras él a Legión, sin embargo ya nada le importaba, ahora tenía en las líneas de su mano grabado el nombre de ella y eso le bastaba.

A fin de cuentas sabía que para vencer a Legión siempre podía ir a buscar a su amigo Yerel Trinidad, el guitarrero del Pantanal.

Y ahora, cada día el Encantador de Serpientes lo gasta viendo los sueños de Yarahualli desde el Sueño de la Razón y escribiendo con pedazos de las líneas de sus manos los pasos que atan su Sombra Protectora a la Sombra Gárgola de él.

20080211

|| apuntes del MUNDO RETORCIDO 1.3 ||

ONI AKARI

[·] Sus ojos eran azul índigo. No de cada vez que veía la distorsión de su imágen en el espejo, no, si no de cada vez que no recordaba nada más que ese terrible dolor de cabeza.

Azul, índigo, añil, cobalto, aguamarina, turquesa. El cielo tenía el reflejo del mar los días claros; sin embargo, en ese lugar jamás había días claros. Hace mucho que los días claros eran sólo una utopía en el Mundo Retorcido.


[·.] El Encantador de Serpientes abrió los ojos a la claridad de su sueño y con una suave e irónica sonrisa dió un puñetazo al espejo que tenía detrás partiéndolo en 246 pedacitos perfectamente cudrados e idénticos.
El reflejo de sus ojos se multiplicó en cada uno de ellos y entonces la pudo oler.

Y ahí estaba ella con su aroma a nardos y canela, inocente de los pasos que ahora seguían como gotas de Viento Zahiriente sus huellas.


[·:] El Encantador de Serpientes vivía a veces en la Cueva del Eremita, donde nadie vivía ya. El Eremita hacía mucho que había decidido dejar de serlo y se había casado con la Hippie Psicotrópica que vivía en un eterno viaje por el Mundo Ácido.

El Encantador de Serpientes era nieto del Eremita, así que cuando este decició convertir ese lugar en su nuevo cubil el Eremita no puso objeción alguna. Muy por el contrario, se sentía agradecido de que alguien estuviera al pendiente de las cenizas de sus Libros Polvosos y les soplaran un poco de Nubes Azules de vez en cuando.


[::] El Sueño de la Razón era un lugar que para muchos era desquiciante y para algunos más, en el Mundo Retorcido, era un sitio verdaderamente siniestro.

En el Mundo Retorcido pocos estaban acostumbrados a tratar con La Verdad por lo que todo lo que sucedía en el Sueño de la Razón, que era La Verdad, solía parecerles oscuro y terrible.

Sin embargo, el Encantador de Serpientes paseaba por ese lugar igual que si fuera también su casa, su mundo, su Verdad. Ahí permanecía días enteros sentado en el resquicio de las ventanas mirando pasar esos sueños que después le servirían para chantajear a algún incauto y obtener con ello algún beneficio.


[|] Cuando el Encantador de Serpientes encontró los sueños de esa mujer de cabello negro azulado y ojos lúcidos no pudo más que sonreir, siempre con un ligero dejo de malicia. Hace mucho que el común del ordinario no le daba momentos interesantes. Aunque luego de días de verla una y otra vez y ver el vuelo y el velo de los sueños de esa mujer había concluido que aquello de ordinario no tenía absolutamente nada.

El embrujo de La Luna en el creciente menguante de los Cantos Sefaríes era un buen consejero. El Encantador de Serpientes se frotó las palmas de sus manos y empezó a hilar pequeños pedazos de Amate Translúcido.


[|·] Yara tenía en los ojos del sueño la calidéz de la pureza que da la falta de malicia y el placer del dolor. Aún en medio del caos de este Mundo Retorcido era posible encontrar estas joyas únicas ocultas tras las sombras de viejos áticos olvidados o tras paredes de azulejos de colores deslustrados.

Ella era de ojos que a la cercanía y a la lejanía daban la certeza de inocentes, pero muy dentro de sí guardaba un secreto sólo visto por su sombra (y por algunos más que nadie podía nombrar): Yara era una bruja.

Yarahualli era el nombre que sus padres le habían dado cuando decidieron dejar de quererla y la abandonaron a la entrada de ese lugar donde todos escondían a los Niños Olvidados.

Ella y todos sabían de ese nombre porque lo llevaba tatuado en la palma de su mano izquierda. En la derecha el tatuaje era una serie de círculos concéntricos y algunos puntos y rayas que ni ella ni nadie sabían qué significaban.

Y no hacía falta saberlo porque todos sabían que algo no terminaba de andar bien con ella ya que todos los pasos que daba no eran los mismos que seguía su sombra. Su sombra se movía a su libre gusto, a veces extendiéndose como una negra mancha sobre todo lo que la quería dañar, o a veces escondiéndose tras los árboles y las esquinas para escuchar los secretos de los demás.

Todo aquello era algo que a Yara no incomodaba; su sombra la había librado del hambre y de muchas malas pasadas que nadie hubiera remediado y que a nadie importaban.


[|:] El Encantador de Serpientes preparó durante muchos días las Precisas Palabras llenas de Aliento Escarlata para atacar a su próxima víctima. Se deleitaba mirándola ser, era un bello especímen y algo debía tener en su colección de fetiches de ella; esto no era ya sólo un contrato más se había vuelto su Obsesión Personal.


[|:·] La Antipoeta solía caminar de la Casa de los Placeres Malsanos a la suya con todos sus amigos, los iba tirando de a uno hacia el Río Impasible hasta quedar ella sola para terminar su trayecto. Alguna que otra vez sól ola acompañaba el Músico Amante, el sujeto ese desgarbado que hacía notas con sonidos que no siempre se podían entender.

El Encantador de Serpientes enrollaba siempre sus Palabras Hirientes en delgados y largos trozos de Amate Translúcido con olor a jazmín. Sabía que cualquier veneno con aroma a calma tenía mejor efecto que el más brutal de los cuchillos.


[|::] El día que la Luna Menguante dibujó su sonrisa de Shiva Chandra para hacer crecer las violetas, el Encantador de Serpientes salió a seguir los pasos que lo esperaban para cumplir con su contrato.

La noche sin demasiada luz le daba a su rostro esa calma que se vuelve mantra al reflejo de la flama de las velas. Con el susurro de las Nubes Azules comenzó a ver los destinos que iban y venían de la Casa de los Placeres Malsanos. Sabía que la encontraría ahí. Con los ojos cerrados y enmudecido por la Gárgola Vigilante de su sombra esperó en la cornisa de la esquina a verla aparecer.


[||] La Antipoeta salió de la Casa de los Placeres Malsanos maldiciéndo al Músico Amante y al Poeta y a la Vouyerista y a la Alegre Anoréxica y al Deforme y a todos. Una que otra vez le gustaba maldecirlos para que no olvidaran que una pequeña parte de ella también los despreciaba; aunque necesitara de ellos una que otra vez.

El Músico Amante salió detrás de ella gritándole que lo escuchara que por fin había logrado hacer una melodía con las monedas de felicidas. Ninguno de los dos vio la Sombra Gárgola avalanzándose hacia la salida de la Casa de los Placeres Malsanos justo detrás de ellos.

En ese momento, con la mano derecha extendida, el Encantador de Serpientes alzó y fué desenrollando el pedazo de Amate Translúcido con el conjuro del Aliento Escarlata que bañaba las Palabras Hirientes y comenzó a susurrar un nombre secreto que nadie escuchaba.

Y entonces ella volteó, su mirada sumamente desconcertada, su Sombra Protectora no pudo hacer nada para detener el ataque. El Encantador de Serpientes estaba frente a ella con los ojos índigos hinchados por las venas cargadas de sangre y cicuta.

La garra derecha de su Sombra Gárgola tomó la mano izquierda de Yara y sobre los círculos concéntricos que ella tenía tatuados colocó el pedazo de Amate. Tomó la mano izquierda que tenía el nombre de ella escrito y al acercarla a la otra para unirlas Yara pudo ver cómo aparecían unos símbolos como letras que no supo descifrar.

Una ráfaga de Viento Zahiriente arremetió sobre su cara haciéndola cerrar los ojos. Todo fue tan rápido que nadie tuvo tiempo de reaccionar. Algunos pasos más adelante la Antipoeta y el Músico Amante veían la escena con cierta sorpresa y morbo entrelazados. La Antipoeta no dejó de pensar en que podía haber sido algún truco del Científico Loco o del Gran Gordo para vengarse de ella. Sin embargo, los dos se voltearon un tanto indiferentes y siguieron su camino.

Ya pasado todo y una vez recuperado su aliento Yara abrió lentamente sus manos, vio el pedazo de Amate Translúcido en su mano derecha y vio cómo lentamente esa serie de signos o símbolos que tenía pintados y que brillaban en un dorado tornasol se desvanecían y a su paso iban dejando en un rojo escarlata profundo marcadas las palabras: "Ahora eres mía."

20080130

|| apuntes del MUNDO RETORCIDO 0.1 ||

FUEGO EN LA NAVE DE LOS LOCOS


[vol 1.1] La Antipoeta entró al Sueño de la Razón a buscar la manzana de la Discordia que le ha encargado en Científico Loco para poder completar su experimento de dominación.

Ella no lo sabe pero podría estar siendo usada para algo bueno y no tanto. Las verdaderas intenciones del Científico Loco son un enigma y misterio para cualquiera.

El Científico Loco hace mucho que está loco de no dormir, así que ha decidido buscar el porqué y el cómo de los sueños de los otros y las otras que placen apaciblemente cada noche en el Mundo Retorcido.

Eso era lo que lo hacía enloquecer, ver la calma y la maravilla del sueño de los otros, ver los sueños de los otros en su Plasma Telekinético y darse cuenta de que los sueños de los demás jamás serían suyos.


[vol 1.2] El día en que el Eclipse llegó, fue el día que escogió La Antipoeta para entrar en el Sueño de la Razón.

Todo era un tanto nebuloso y el frío que anunciaba el fin del Invierno Interno y la entrada del No-Tiempo llegaba a su punto de cúspide. Los ánimos se helaban, los humores se agrietaban, las calenturas se esparcían por los rincones en que la luz tenía miedo de esconderse. Muchos, casi todos en el Mundo Retorcido se preparaban para hibernar, aunque fuese por el mínimo segundo que les duraba a esos muchos la transición de la Vigilia al R.E.M. y de ahí volver al Despertar.

La Antipoeta tomó la Nube Azulada que le entregó el Científico Loco para que usara como llave y poder entrar en el Sueño de la Razón. Ella la olió, la probó con la lengua, tenía un sabor dulce y suave como espuma de glas.

La estrujó como esponja y luego de algunos segundos se sintió inundada por ese pánico que da la caída en el vacío, un vértigo tan delirante como el mismo Orgásmo Cósmico que enseña la Serpiente Kundalini antes de tocar el Nirvana.

Abrió los ojos y entonces ya estaba ahí, con los pies firmes y las huellas listas para seguir por entre los sueños de todos los habitantes del Mundo Retorcido. La vista era inmejorable, un caleidoscopio sólo explicable con fórmulas matemáticas que no explicaban nada, pero que dibujaban iteraciones y fractales que se extendían como gigantescas galaxias y eones por todo lo que se podía ver, y por todo lo que no se podía ver también.

Ese era el Sueño de la Razón, el amalgama delirante de los delirios de los sueños de todos los que habitaban en ese Mundo Retorcido.


[vol 2.3] En medio de la nada y del todo La Antipoeta sintió de repente un hormigueo en la mitad de su malogrado deseo. Era algo que conocía, pero que no lograba descifrar. La única pista que le había dado el Científico Loco para poder llegar a lo que quería era esa: -sentirás el estertor de un placer conocido y desconocido en algúna parte de tí.-

La Antipoeta recordó muchas de las palabras que nunca había dicho en todas sus pláticas con la Mujer Luz, recordó que le había hecho falta maldecir una vez más al Músico Amante, nada más por hacerlo, recordó que entre todas las veces en alguna de ellas la suciedad del deseo corrompido de El Deforme le había dado cierta ternura y en otras en alguna parte retorcida también dentro de su sueño le había gustado su asedio.

Pero todo era parte de los sueños de los demás amalgamándose entre el Sueño de la Razón.

Y entonces al sentir de nuevo ese ligero escozor dentro de sí, La Antipoeta volteó la vista y ahí la vio, la Manzana de la Discordia latía abrigada en el sueño cálido y fulgurante de la Virgen Inmaculada rodeada de su aura pulcra y de su séquito siniestro de sueños nefastos que le servían de guardaespaldas y que le eran proporcionados por nada más y nada menos que por Los Lujuriosos.


[vol 3.4] La Antipoeta al ver semejante escena no tuvo más remedio que maldecir una vez más, luego de las mil veces que ya lo había hecho.

Cerró los ojos y se volvió a dejar llevar entre el caleidoscopio de fractales del Sueño de la Razón mientras pensaba qué hacer para obtener su presa sin ser descubierta por Los Lujuriosos.

Tenía que apurarse, la Nube Azulada estaba por extinguirse y era la única que tenía para cumplir su misión.


[vol 4.5] Mientras tanto siguió tomando fotos que sabía la Vouyerista le pagaría al precio que ella quisiera.


[vol 5.5] La Antipoeta abrió los ojos y se decidió. Se acercó lentamente hacia la Virgen Inmaculada dando pasos hacia atrás, como alejándose, para que Los Lujuriosos no sintieran su presencia.

Llegó hasta el regazo de la Virgen Inmaculada y acariciando la orilla de su pezón derecho le dio un húmedo beso mientras hundía la mano en el seno izquierdo para llegar a su corazón y tomar la Manzana de la Discordia que yacía en él.

Lo hizo rápido, aunque el beso se prolongaba y la humedad que la empezaba a dominar la puso alerta de que en cualquier segundo Los Lujuriosos podían olerla y aventarse encima de ella.

Paró en seco el beso que le daba la Virgen Inmaculada y le arrancó en un tajo perfecto la Manzana de la Discordia que habitaba en su corazón.

La Virgen Inmaculada la vio con espanto mezclado de amor y lujuria, La Antipoeta simplemente se dejó caer al vacío que se dejaba manar debajo de la Nave de los Locos donde vivía la Virgen.

Se dejó caer mientras cerraba los ojos y sentía en su cuerpo cómo el estupor y la embriaguez de la Nube Azulada iban perdiendo su efecto sobre ella.


[vol 5.7] Lo último que alcanzó a ver la Antipoeta en su caída antes de regresar al Conocimiento y al No-Tiempo en el Mundo Retorcido fue una lágrima verde fluorescente que brotaba de los ojos de la Virgen Inmaculada y que al caer a la cubierta de la Nave de los Locos la encendía en el Fuego de la Pasión que La Antipoeta había despertado y matado en ella.


[vol 5.9] Al despertar en el No-Tiempo del Mundo Retorcido y ver en sus manos la Manzana de la Discordia, La Antipoeta tomó la decisión de ocultarla en el Baúl de los Secretos Perdidos y no dejar que semejante poder llegara a manos del Científico Loco.

Total, pensó: -Cuando se ponga loco al enterarse de que no se la he traído, tendré que pagarle al Maldito Gringo para que acabe con él.-